Decisión Precipitada
¿Era verdad lo que mis oídos habían oído? ¡No puede ser! ¿Qué voy a hacer?,
El estaba enfrente de mi arrodillado con esa sonrisa, en ese momento caí en la cuenta de por qué mi mama’ me había dicho eso de que “todas tenemos esas dudas”.
Todos a mi alrededor nos estaban mirando con cara de asombro, mis padres con una gran sonrisa en la cara, pero quien estaba no asombrada si no que preocupada era mi prima Romina, ella sabía muy bien lo que yo mas deseaba en el mundo y también sabia mis dudas acerca de mi amor hacia Benjamín.
Ella siempre me regañaba cada que podía, me decía:
- Mara tu eres bella y talentosa deberías mandar a volar a mis tíos y pelear por lo que quieres – agitaba las manos cada vez que decía eso,
- Tu bien sabes que yo no quiero decepcionarlos además todavía soy joven y soltera, tu sabes que en cuanto termine de estudiar yo me iré a buscar eso no sé cómo, pero conseguiré lo que quiero - yo siempre le decía.
Pero nunca tome en cuenta esto… nunca pensé que Benjamín y yo fuéramos demasiado enserio.
Ese era el problema simple mente yo todavía no estaba lista para un compromiso así, y eso truncaría lo que yo quiero de verdad…
Pero eso es lo que siempre han querido mis papas que deje de fantasear y asegure un futuro al trabajar… eso era, por eso lo habían aceptado, para que yo me quedara. Y otra vez me di cuenta de que desde un principio eso querían ellos.
Dentro de mí una decepción y enojo salió de mi, ¿Por qué hacen eso mis papas?,
¿Acaso no quieren que yo sea feliz como siempre me lo decían?
Le di mi mano a Benjamín para pedirle que se levantara, el con una sonrisa se levanto y en ese momento un brillo en sus ojos vi. Me sentí un poco extraña pero era lo correcto.
No podía estar con alguien a quien no estoy segura que me apoyara, el nunca le gusto la idea que yo me fuera a hacer algo que yo de verdad quería, tampoco me apoyaba del todo, en algunas de nuestras discusiones la mayoría eran por eso, así que ahora entendía el por qué tenía esa duda dentro de mí, yo no podría estar 35 años o 40 años con alguien que en su momento no me apoyo del todo en lo que quería.
- Benjamín… - le dije con un tono de disculpa, pero antes de que pudiera seguir me puso el micrófono cerca de la cara para que los demás escucharan mi respuesta – sabes que te quiero mucho… - en ese instante su semblante cambio
Tome el micrófono y lo baje - ¿podemos salir? Necesito estar a solas contigo. –
Con una media sonrisa un poco fingida, me tomo de la mano y salimos la entrada principal.
Me detuve y tome de nuevo su mano mientras con la otra tenia sujeta la cajita del anillo.
No sabía cómo decirle esto pero trate de buscar la manera más fácil y no hiriente.
- Sé que hiciste esto por qué piensas que sería el mejor momento y lugar porque todos nuestros seres queridos están aquí, pero yo no estoy lista para un compromiso de ese tamaño. – Le dije mientras le daba la caja de terciopelo.
- ¿Cómo que no estás lista? Pero si llevamos más de 12 años de conocernos y casi 3 años de estar juntos. – me pregunto con los ojos puestos en la cajita
- Si, lo sé y créeme yo de verdad… desearía poder sentirme segura y decirte que sí, pero no es así, este plan de casarnos es solo para que me quede yo aquí, discúlpame pero no. – le respondí
- ¿Por qué sigues tan necia a ese “sueño”? es muy poco probable a que tú puedas de verdad brillar en ese mercado y tú lo sabes, es estúpido que quieras desperdiciar años de tu vida en algo tan ridículo. – mientras decía iba alzando la voz
- Esa es una de las causas por las que no estoy lista, si somos pareja deberías tu apoyarme a mí en mis decisiones como yo lo haría situ quisieras hacer algo que tu desees, peo ahora veo que no estoy cometiendo un error al declinar tu propuesta, espero que encuentres a esa chica especial que te quiera por lo que eres. –
- ¿Quieres decir que tu no me amaste nunca? ¿Eso es, que no me amas?-
- Nunca dije eso si no que si tu no me apoyas y aceptas lo que quiero para que debemos forzar algo que en algún futuro no funcionara, si yo me caso contigo y me quedo aquí, algún día me arrepentiré de no haber hecho lo que yo quería, tu siempre estarás en mi corazón y lo sabes tú fuiste en la secundaria mi primer amor y eres una parte importante de mi vida y siempre lo serás, pero es hora de que yo siga mi camino por que veo que tú no quieres ir conmigo.- eso fue lo último que dije, me di la vuelta y Salí de ahí detrás de mi oí lo que Benjamín me dijo.
- ¡Si te arrepientes algún día no estaré aquí para ti, no estaré aquí para ver como lloras al ver que no pudiste lograr lo que querías!
Eso fue lo último que escuche de él, al igual que unas puertas abrirse, supuse que era mi mama o mi papa.
Tome un taxi y le pedí que me llevara a mi casa, era hora de irme.
En el camino mi celular sonaba pero no quise contestar sabía lo que me dirían,
Llegue a mi casa, entre y subí a mi cuarto me puse un pantalón de mezclilla, tenis y una blusa negra, después solo agarre mi maleta y metí ropa básica y algunas blusas y pantalones elegantes para las entrevistas o audiciones, zapatos, maquillaje, pasaporte, los papeles para poder viajar y unas fotos de mis papa, mi hermana y mi prima.
Tome de mi closet una pequeña bolsa donde tenía dinero ahorrado desde hace 6 años llevaba más o menos unos 15,000 pesos más el último pago de la beca eran más o menos unos 18,500 con eso bastaría para poder irme de aquí.
Salí de mi casa, cerré y tome otro taxi, le pedí que me llevara al aeropuerto.
Mi celular seguía sonando pero yo no contestaba a nadie.
El taxistas me ayudo a bajar mis maletas, camine por la entrada y me dirigia hacia la taquilla donde estaban los horarios, tenia suerte esta noche había un vuelo a las 5 am hacia Monterrey.
Compre mi boleto y me dirigí hacia donde debía registrar mi maleta solo faltaba media hora para que el vuelo saliera.
Cuando iba hacia la terminal de vuelo otra vez mi teléfono sonó, esta vez sí conteste y era mi papa.
- ¿Dónde demonios estas Aymara? – dijo con un tono de preocupación y enojo.
- Me voy hacia donde debí haberme ido hace 6 años, ya les cumplí mi parte del trato ahora me toca a mi hacer lo que yo quiero.-
- Aymara regresa en este momento a la casa. –
- No papa disculpa pero no ahora ya no vivo en tu casa y puedo valerme por mí misma, me tengo que ir adiós, y te quiero. – le colgué para no escuchar mas.
Cuando estaba ya en el avión sentada empecé a sentir un poco de dolor y también remordimiento, sentí como algo húmedo caía por mi mejilla, el dolor que sentía era por mi hermana y mis papas no sabía si esto estaba mal, pero no me debía ahora echar para atrás.
Desde este momento yo tomaba las riendas de lo que de verdad quería hacer y eso era el poder hacerme notar en este medio tan difícil del espectáculo, no sabía que esperar pero como decía mi abuela “EL QUE NO ARRIESGA NO GANA”
Los Ángeles me esperaban y estaba ansiosa de llegar allí.
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